En la automatización industrial, un relé de estado sólido (SSR) es esencial. Consiste en un fototacómetro, circuitos de control y un semiconductor de potencia, que separa las señales de control de baja potencia de las cargas de alta potencia. Los SSR difieren de los relés electromecánicos ya que no tienen desgaste mecánico, tiempos de respuesta mucho más rápidos y pueden conmutarse a altas frecuencias (hasta 100kHz). Algunas de las aplicaciones más importantes de los SSR son en maquinaria de fabricación, dispositivos médicos y sistemas de energía renovable. Su fiabilidad, bajo mantenimiento y bajos requisitos de conservación mejoran la eficiencia operativa.