Utilizado para detectar objetos opacos o medir distancias en condiciones de poca luz, un fotossensor infrarrojo funciona dentro del espectro infrarrojo. El emisor emite luz en el rango de 850–940 nm, y el detector responde a señales bloqueadas o reflejadas. Su inmunidad a la interferencia de la luz visible lo hace útil para puertas automáticas, alarmas antirrobo y escaneo de códigos de barras. Algunos modelos añaden compensación de temperatura para una mayor consistencia en rangos operativos amplios (-20°C a 70°C).